
Infertilidad Masculina
Dr. Edgar Iván Bravo | Urólogo
La infertilidad es un término que los urólogos usan cuando un hombre tiene dificultades en embarazar a una mujer después de haberlo intentado por lo menos por un año de manera continua y en periodos de ovulación de su pareja. En México existen 2.6 millones de casos de infertilidad masculina y cada año se suman 180 mil casos nuevos
Hay muchos problemas físicos y de salud que pueden producir infertilidad. En 30 a 40 por ciento de los casos, el problema está en los testículos, que son las glándulas que producen espermatozoides y testosterona (la principal hormona sexual masculina). Las infecciones como la rubeola, tratamientos para el cáncer como radiación o quimioterapia, lesiones o cirugías pueden producir daño en los testículos.
El calor también puede afectar la producción de espermatozoides. Además, puede causar daños si uno o ambos testículos no descienden desde cerca del abdomen (donde se encuentran antes del nacimiento) al escroto (la bolsa de piel donde normalmente están los testículos). Muchos hombres tienen venas agrandadas alrededor de los testículos (trastorno denominado venas várices o varicocele). Estas venas elevan la temperatura en los testículos. Si son muy grandes, las várices pueden causar una baja producción de espermatozoides.
En aproximadamente 10 a 20 por ciento de los casos, el problema radica en una obstrucción de los tubos llamados vasos deferentes por donde viajan la esperma al pene. Puede ser causada por cicatrices debidas a una infección, una vasectomía (cirugía para cortar los conductos deferentes para impedir el paso de los espermatozoides) o fibrosis quística (una enfermedad genética). El retroceso del semen hacia la vejiga (eyaculación retrógrada), en vez de avanzar hacia el pene, también puede causar la infertilidad.
En casos pocos comunes, la infertilidad es resultado de una deficiencia hormonal. La hormona luteinizante (HL) y la hormona folículo estimulante (HFE) hacen que los testículos produzcan testosterona y espermatozoides. La glándula pituitaria, ubicada en el cerebro, produce estas hormonas. Cualquier trastorno que reduzca los niveles de las hormonas HL y HFE, por ejemplo, un tumor pituitario, puede resultar en una producción deficiente o falta de testosterona y espermatozoides, y un bajo nivel de testosterona en la sangre.
Si después de intentar concebir un año, usted no ha logrado hacerlo, ambos deben consultar con especialistas en fertilidad. Lo más probable es que empiece por averiguar su historia médica. Las preguntas pueden abarcar su crecimiento y desarrollo desde la infancia, si ha tenido infecciones, cirugías, enfermedades transmitidas sexualmente o daño a los testículos, como también si ha estado expuesto a medicamentos o sustancias químicas dañinas.
También se le puede realizar un examen físico para determinar si hay indicios de un bajo nivel de testosterona u otros trastornos que afecten la fertilidad (como testículos pequeños o ausentes). También le hará un análisis del semen (generalmente más de uno) para ver la cantidad, movimiento y forma de los espermatozoides. Los análisis de sangre detectan deficiencias hormonales.
El Seminograma es la principal prueba diagnóstica para evaluar la fertilidad masculina. Su objetivo es evaluar la calidad del semen. Se analizan los parámetros espermáticos y permite determinar los aspectos macroscópicos (aspecto, viscosidad, pH, volumen, tiempo de licuefacción) y los microscópicos de la muestra (número total y concentración de espermatozoides por milímetro cúbico de su muestra, así como la movilidad y la morfología espermáticas).
El tratamiento para la infertilidad masculina depende de la causa.
La cirugía puede reparar el sistema que permite el movimiento de los espermatozoides. Es posible revertir la vasectomía por cirugía en el 85 por ciento de los casos, pero muchos hombres siguen siendo infértiles aun después de eliminar la obstrucción. El tratamiento de otros tipos de obstrucción (como los que se deben a infecciones anteriores) puede ser más difícil. La cirugía también puede resolver el varicocele, pero quizá no restaure la fertilidad. La cirugía de los varicoceles tiene mayores probabilidades de restaurar la fertilidad si las venas son grandes o si la reparación se hace antes de que haya algún daño a largo plazo.
Si la causa es hormonal, el tratamiento con inyecciones de testosterona generalmente tiene éxito. Sin embargo, es posible que se requiera un año o más de terapia hormonal para obtener suficiente producción de espermatozoides y recuperar la fertilidad.
Para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso, es bueno llevar un estilo de vida sano. Haga ejercicio con frecuencia, tenga una dieta saludable y no fume ni consuma drogas. Además, continuar el tratamiento de enfermedades crónicas.
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